Yolanda trajo una nave espacial hecha con su padre con cartón de papel higiénico vacío. A todos los niños les gustó tanto que quisieron hacer el suyo propio. Enseguida pidieron en sus casas el cartón necesario para hacer el trabajo y trajeron más de los que necesitaban. Me gustó mucho ver cómo algunos niños trajeron para otros a los que se les había olvidado. Ya piensan en algo más que no son ellos mismos. ¡Me encanta!
Repartimos los cartones, unos pinceles y témperas y los niños hicieron sus obras como quisieron. después le pusimos la parte superior haciendo un cono, en la inferior, con papel celofán el fuego y les pegaron unas caritas a modo de astronautas.
Con sus trabajos terminados, se hicieron la foto de grupo de rigor.
Y antes de irse a casa, los hicieron despegar haciendo la retrocuenta:
Quedaron muy bonitos, pero realmente, lo que los niños querían era que sus naves despegaran de verdad. Como están iniciados en la realidad aumentada, conseguimos hacerles volar y explotar en el cielo.
Así pusimos las naves preparadas con el marcador de la aplicación de realidad aumentada Quiver Vision.
Una de las niñas sujetaba la tablet, mientras los compañeros hacían que las naves despegaran.
Una vez que estaban todos en sus puestos, han programado a las naves espaciales y han despegado para ir hasta el cielo.
¡Les ha encantado la idea!
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