Otro personaje murciano, del que nos sentimos muy orgullosos, es el atleta Antonio Peñalaver, medallista olímpico en los juegos de Barcelona 92, en la disciplina atlética de Decathlón.
Precisamente este verano, que ha habido juegos olímpicos, viene de maravilla trabajar con este personaje. Estoy segura de que cuando los niños hayan visto algo de atletismo durante los juegos, se habrán acordado de la experiencia vivida con nuestro medallista olímpico.
La actividad tuvo dos partes.
Primera parte: vídeollamada con Antonio Peñalver, en la que el deportista olímpico, estuvo muy cariñoso con los niños, les enseñó su medalla, les explicó el significado que tienen los aros olímpicos, lo que es el sacrificio, el deporte, contestó a todas sus preguntas y fue un rato muy entretenido y enriquecedor.
Como veis, en estas fotos, los niños trabajaron con materiales fungibles, de los de toda la vida, para fabricar sus propias medallas, que enseñaron con tanta ilusión a Antonio, y que usamos para rematar la siguiente actividad, como os mostramos a continuación.
Segunda parte: hacemos pruebas olímpicas.
Una vez terminada la vídeollamada, salimos todos a la pista, para hacer diferentes pruebas, como las que nos enseñó Antonio: salto de altura (con unas picas), lanzamiento de disco (con discos de psicomotricidad) y carrera. La actividad la planteamos como si fueran unos juegos olímpicos, con los aros, podium y medallas. Los niños lo pasaron de maravilla, y todos tuvieron su premio, aprendiendo que lo importante es esforzarse y participar.
Para premiar a los ganadores (que en nuestras olimpiadas, fueron todos), improvisamos un podium con unos ladrillos de plástico, en el que iban subiendo los niños, de 3 en 3, para que les entregásemos sus medallas, que habían hecho previamente en cartulina.
Los niños lo pasaron genial, aprendieron el valor del trabajo en equipo, el esfuerzo, los beneficios del deporte, y comprendieron que todos pueden participar, si se quiere y se ponen ganas.
Queremos volver a agradecer a nuestro amigo Antonio Peñalver, habernos dedicado la hora que duró la vídeollamada, el tiempo de preparación, su simpatía y atención con los niños, sabiendo que es una persona muy ocupada.
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