Al sentarnos en la asamblea, de nuevo vimos que hacía falta buscar la caja mágica para saber qué hacer ese día. Todos los niños se pusieron a buscarla y la trajeron a la asamblea para averiguar lo que había dentro.
Abriendo la caja mágica
Cuando sacaron los papeles que había dentro, se quedaron sorprendidos porque no sabían qué era. Si dijeron que eran muchos cuadrados dibujados, pero no sabían para qué servían.
Lo que sí fueron capaces de descubrir es que había 5 iguales, y que eso significaba que era uno para cada equipo.
Por supuesto tenían razón. Cada equipo tendría que decorar esos cuadraditos como si fueran Picasso, para luego forma un cubo y entender mejor la técnica del cubismo.
Así se pusieron manos a la obra, primero pintando y decorando esos cuadrados por equipos.
Y finalmente, recortamos y montamos un cubo con cada equipo. Les encantó la manualidad, y les pareció algo mágico el hecho de que de esos cuadrados sin forma aparente para ellos, pudieran formarse esos cubos.
Aprovechando el proyecto hemos decidido trabajar cada semana un poliedro, así globalizamos nuestros aprendizajes y hemos utilizado la herramienta del dado de la PDI para hacer sumas. Los niños iban saliendo a la pizarra, tiraban el dado digital y sumaban el resultado. ¡Les ha encantado! , y lo mejor es que han estado sumando jugando, sin darse cuenta.
Como siempre que terminan un reto y lo consiguen, se añaden un nuevo punto en el personaje de Class Dojo.
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