Ahora que tanto se escribe y se oye hablar de las emociones en el mundo de la educación, tenemos la seguridad de que tal y como venimos haciendo desde hace muchos años en la etapa de Educación Infantil, no nos equivocábamos cuando trabajamos con ellos en este sentido.
Hemos estado jugando a poner caras, imitando unas pegatinas que he convertido en imanes para que los niños puedan manipularlas y jugar con ellas en las pizarras imantadas.
Nos hemos reído, puesto tristes, asombrado, incluso guiñado un ojo, y lo hemos pasado genial.
Conforme íbamos haciendo esto, los niños clasificaban las caritas poniendo en una pizarra magnética las sonrientes y alegres, y en otra las tristes y enfadadas, y lo han hecho de maravilla.
Una vez terminada la actividad, hemos presentado un termómetro gigante de emociones, que nos va a acompañar durante todo el curso, para que los niños vayan eligiendo la cara que ellos quieran, según se hayan sentido tras una experiencia en el colegio, dentro o fuera del aula.
Me encanta! Que importante es educar a los niños desde bien pequeños a gestionar y reconocer sus propias emociones y las de los demás!saludos
ResponderEliminarSi Valva, yo también creo que es muy importante. Muchas gracias por tu comentario. Saludos.
EliminarInteligencia emocional que ahora está en auge y con la que seguro que nuestros hijos gestionarán mejor sus vivencias a lo largo de toda su vida. Genial.
ResponderEliminarEsa es la idea. A ver si poco a poco lo conseguimos. Saludos.
EliminarLo voy a utilizar sin dudarlo en casa, cuando esté contenta, triste, enfadada, para controlar las frustraciones...
ResponderEliminarMil gracias por tus aportaciones. Saludos.
Muchas gracias a ti Sabina. Seguro que a tu hija le encanta que utilicéis el termómetro en casa. Saludos.
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